Emma
Rosa Baldorioty González Por Biabiana Hernández Suárez Callada,
seria, formal y discreta, y a la vez muy alegre, simpática, jocosa y
ocurrente. Pero sobre todo, una persona extremadamente cariñosa,
bondadosa, sencilla y comprensiva. Una personalidad única e inmensa,
sin importar el tiempo ni la edad. Así opinan todos los que la conocen
bien. Emma,
madre, abuela y bisabuela centenaria, nació el 14 de diciembre de 1918
en el barrio de Puerta de Tierra. Dice no estar muy segura de ser
pariente lejana del prócer Baldorioty, pero lo que sí es seguro es que
Emma fue conocida durante muchos años en todo el barrio como “La
Costurera de Puerta de Tierra”. Incluso llegó a ser comparada por la
gente con Carlota Alfaro. Emma
nació en un humilde ranchón donde posteriormente fue construido el
edificio del Banco Popular, en Puerta de Tierra. Fueron sus padres los
sanjuaneros Adolfo Baldorioty Vega, capataz de la fábrica de cigarros
del Viejo San Juan, y Rosa González Cepeda, ama de casa. Fue la sexta
de ocho hermanos, seis mujeres y dos varones. Cuando Emma tenía ocho años
su familia se mudó a otra área del barrio, Beneficencia # 8, ubicada
donde actualmente se encuentra el establecimiento Kentucky Fried
Chicken. Años después quedó huérfana de padre. Emma
estudió en las escuelas Brumbaugh y Barbosa, llegando solamente hasta
el séptimo grado, ya que su mamá enfermó y ella se dedicó a
cuidarla. Hoy
en día Emma ya no recuerda las diversas variedades de cigarros que su
padre la enseñó a hacer, aunque ella nunca en su vida fumó ni bebió.
Pero fue su mamá quien le enseñó los rudimentos básicos de la
costura. La creatividad innata de Emma la hizo desarrollar sus
ingeniosas ideas y destrezas hasta convertirse en la dedicada costurera
profesional autodidacta que llegó a ser. Aún son recordados sus
originales y avanzados diseños para damas y niños, y sobre todo los
trajes de novia.
Con sus primeras ganancias Emma logró comprar una máquina de coser más
moderna que sustituyó a la que usaba con doña Rosa.
A
la par con su trabajo como costurera, Emma también fundó una familia
propia al contraer matrimonio con Onofre Falcón Maldonado, original de
Puerta de Tierra como ella y capataz de la compañía Sea Land. De esta
unión nació Sara Esther Falcón Baldorioty, única hija de Emma. Al
enviudar posteriormente, Emma contrajo segundas nupcias con Julio Rivera
Rivera, también del barrio y capataz de muelles. “Como
mis tiempos en Puerta de Tierra, ningunos”, nos indica Emma con mucho
orgullo y nostalgia. “Los muchachos del barrio nunca peleábamos. Nos
íbamos a nadar a Bajamar, yo con el permiso de mamá. Una vez nadé
hasta la peña de los Pájaros, y ella nunca se enteró. Si lo hubiera
sabido, la que daba fuete en casa era ella. Todo eso por ahí que ahora
es el Normandie, antes era un terreno lleno de hicacos y de uvas de
playa, y yo siempre le traía muchos a mamá cuando volvía de la playa
con los muchachos. Cuando iban a pasar los carnavales o las paradas, nos
íbamos antes todos juntos al Capitolio para verlos llegar”. Con
una hermosa y sincera sonrisa, Emma cuenta que su hermano y ella un día
se “inventaron” una nevera. “Cogimos una caja de bacalao vacía,
la limpiamos bien, la pusimos en el sol para que se secara bien y se le
fuera la peste, la forramos con lata por dentro y le pusimos un hielo
grande que nos dio un vecino que trabajaba en la fábrica de hielo que
quedaba cerca de casa. Le metimos potes de agua y la tapamos con una
lona, y así teníamos agua fría para la casa”. En
cuanto a su experiencia como feligresa de la Iglesia Luterana San Pablo
durante toda una vida, Emma nos dice: “Mi abuela materna, Eugenia
Cepeda, era la encargada de la limpieza de la iglesia y siempre nos traía
a mis hermanos y a mí para que la ayudáramos. En la iglesia también
había un cuido de niños y todos los hermanos estuvimos en él. Mi
abuela también nos traía a los servicios religiosos los domingos. Yo
cantaba en el coro. En esta iglesia me casé. Mi fe en el Señor es lo más
grande que tengo en la vida”. Aunque
Emma ya no era vecina de Puerta de Tierra, nunca ha dejó de asistir a
la iglesia. Y de esa misma forma guardó por siempre en su corazón
todos sus recuerdos de infancia y juventud vividos en su amado barrio de
Puerta de Tierra. |