Pablo Villegas Rosa
Por Bibiana Hernández Suárez
Es una honra para el barrio de Puerta de Tierra
ser la cuna de un caballero centenario como
Pablo Villegas Rosa. Pablo nació el 2 de marzo de 1919. Fueron sus
padres don Pablo Villegas, negociante de carbón en el Viejo San Juan, y
doña Juana Rosa, ama de casa. Ambos, como también sus abuelos, eran
todos naturales del barrio por generaciones. Pablo era el cuarto de seis
hermanos, tres varones y tres hembras. Se graduó en el Colegio San
Agustín de octavo grado, el cual era el máximo nivel académico del
Colegio en esa época. Y en su tiempo libre jugaba primera base en el
equipo de béisbol local.
Durante la Segunda Guerra Mundial, antes de ingresar al ejército, Pablo
contrajo nupcias con la señora Carlota Avilés Estrada, ama de casa y
natural de Puerta de Tierra. El matrimonio Villegas Avilés procreó un
varón y cinco hembras, y también tuvieron cuatro nietas, cuatro nietos,
y un bisnieto. Curiosamente, Pablo fue padrino del conocido músico
Johnny El Bravo, también natural de nuestro barrio.
Al finalizar la guerra, Pablo regresó a Puerto Rico ya veterano con
rango de cabo o corporal, pero su deseo era establecerse en los Estados
Unidos. Junto a su esposa decidió emprender el viaje, pero doña Carlota
nunca se acostumbró a vivir allá. Por ese motivo determinaron volver a
nuestro barrio. Al regresar, Pablo trabajó como mecánico en la compañía
Gulf de Puerto Rico, ubicada en el mismo Puerta de Tierra, y más
adelante continuó laborando en la Sea Land, luego conocida como Navieras
de Puerto Rico. Por su eficiente labor y conocimiento, llegó a ser
ascendido a supervisor y luego a jefe de sección. Posteriormente, Pablo
se mudó, pero continuó asistiendo fielmente a su parroquia de San
Agustín los domingos, como lo hizo toda su vida. Y cuando celebró su
cumpleaños número cien, un noticiario de tv le hizo una reseña en la que
lo vimos cantar, bailar y disfrutar de su larga vida y buena salud.
Sobre Puerta de Tierra, con voz serena y nostálgica, Pablo nos contaba:
“Yo nací, y no nací en Puerta de Tierra, porque nací cuando no era
Puerta de Tierra todavía. Eran sectores. No había residenciales ni nada
de lo que construyeron después. Yo nací donde luego hicieron el caserío
Puerta de Tierra. El recuerdo que guardo con más cariño es el de las
Fiestas de Cruz, pero no es solamente por la música y la comida, sino
porque para hacerlas, primero se recogía dinero, y todos daban lo que
pudieran, y el día de la fiesta todos iban. Había unión y se compartía.”
Marysell, la cuarta hija de Pablo, nos dice muy amorosamente: “Sobre
Papi, puedo afirmar que siempre lo amaré, lo admiraré y lo respetaré,
porque fue el mejor esposo, y el mejor padre, abuelo y bisabuelo. Un
hombre cabal y de gran fe, como buen católico. Además, le encantaba
bailar, y lo hacía muy bien. Cuando fue ascendido a supervisor y luego a
jefe de sección, siempre vestía guayabera blanca de manga larga, por lo
cual todo el mundo lo conocía ya como ‘el hombre de la guayabera’. Y
aunque ya no trabajaba directamente como mecánico, y de hecho tenía su
oficina, si tenía que arremangarse su guayabera de ser necesario, lo
hacía, y de lo más feliz. Al dar su cambio tenía su mente clara y
bailaba todavía. En su último adiós, además de su familia y amigos,
estuvieron sus compañeros de las Navieras. Ellos dijeron que "Don Pablo
fue maestro de maestros. Un honor para nosotros.”
Pablo Villegas Rosa, con 103 años, falleció el 24 de junio de 2022,
dejándonos un gran ejemplo de honradez, laboriosidad, alegría y
rectitud, para orgullo de Puerta de Tierra.