Biografías


Genara Pagán de Arce
 

Doña Genara Pagán Rivera, una de las más destacadas líderes obreras de Puerto Rico, nació el 12 de septiembre de 1891. Fueron sus padres don José Pagán y doña Avelina Rivera, y sus hermanos fueron Francisca, Claudina y Carmelo. Aunque era toalteña de origen, Genara creció en Puerta de Tierra. Cursó estudios formales sólo hasta el quinto grado. En 1910 contrajo matrimonio con el muellero aguadillano Teodoro Reverón Millán. Su único hijo, Oscar Reverón Pagán, nació el 18 de julio de 1911. La familia Reverón Pagán se estableció en la calle San Agustín, de Puerta de Tierra.

Genara comenzó a trabajar como despalilladora en la industria del tabaco, en la fábrica de cigarros "La Colectiva", ubicada en nuestro barrio, en donde se desató una de las primeras huelgas de las trabajadoras.

Como obrera, Genara se enfrentaba a los salarios más miserables y terribles condiciones de trabajo. Al igual que otras mujeres, se dio cuenta de la importancia del sindicalismo y la militancia para lograr el cambio social. Ella surgió como una líder de un grupo de trabajo durante la huelga de mujeres en 1914.

En la Huelga Agrícola de 1918, Genara participó por las despalilladoras de la Colectiva, mientras Luisa Capetillo lideró la huelga de Fajardo, Juana Colón la de Comerío, e Isabel Villanueva era delegada por San Lorenzo. Durante dicha huelga el orador fue arrestado y bajado de la tribuna, al protestar por la suspensión de los derechos civiles.

Desde comienzos del siglo la Federación Libre de Trabajadores había incorporado mujeres en sus uniones, especialmente en aquellos oficios en que trabajaba un alto por ciento de ellas. En 1915, el Partido Socialista se fundó como la sección política de esta unión y se convirtió en el primer partido que exigió el voto para las mujeres. Esta organización trató de agrupar y educar a las trabajadoras activamente para prevenir la caída del nivel salarial de todos los trabajadores por causa de los bajos salarios de las trabajadoras. En un informe de la federación en 1905 se mencionaba que había unas doce uniones de mujeres, entre ellas de tabaqueras, costureras y bordadoras.

La muerte de el esposo de Genara Pagán en la Primera Guerra Mundial (en la que el servicio militar era obligatorio, de acuerdo con el nuevo régimen norteamericano) motivó a Genara en su decisión de viajar a Nueva York con su hijo en 1917, porque - según recuerda su hija adoptiva Julita Rivera de Vicenti - "ella quería adelantar el movimiento feminista puertorriqueño." Allí Genara experimentó de primera mano las luchas de las mujeres sufragistas. Trabajó como operadora de una máquina en una fábrica de blusas de mujer en la que, como resultado de la calidad de su trabajo y su liderazgo, pronto se convirtió en supervisora. Al igual que en Puerto Rico, Genara siguió prestando servicios y militando en el movimiento sindical, en colaboración con los sindicatos del tabaco en Nueva York. (particularmente la Unión 440).

Las boncheras y roladoras de capa de la fábrica en la Porto Rico American Tobbaco Company en La Marina, organizaron la unión de tabaqueras número 453 que se afilió a la CMIU, probablemente a fines de 1916 o principios de 1917. La unión 453 mostró la tenacidad de las organizadoras, como Genara, que la presidía al momento de la huelga de 1919 contra el "Trust".

Como parte de su programa de acción y como muestra de la importancia que había logrado la mujer en la organización obrera, la Federación Libre de Trabajadores (FLT) auspició en 1919 el Primer Congreso de Trabajadoras de Puerto Rico, bajo la conducción de las líderes Emilia Hernández y Genara Pagán, al que asistieron representantes de grupos obreros compuestos exclusivamente por mujeres, tales como organizaciones de tabaqueras, despalilladoras, dependientas, bordadoras, trabajadoras domésticas, lavanderas, cogedoras de café y costureras. Podemos nombrar a Josefa Pérez, Concha Torres, Paca Escabí de Peña, Francisca Andújar, Rafaela López Negrón e Isabel Gatell, además de Juana Colón, Elvira Matos, Amparo Miranda, María Orta, Ricarda Bruno y Rivera, Julia Infante, y María L. De Jesús, quienes manifestaron las preocupaciones concernientes a las mujeres trabajadoras.

Mujeres de la unión 453 asumieron puestos de liderato más allá del movimiento sindical. Por ejemplo, varias, entre las que estaban Carmen Puente, Emilia Hernández y Genara misma, representaron la unión en el Primer Congreso de Trabajadoras en 1920. La tabaquera Emilia Hernández ocupó el puesto de presidenta y Genara sirvió de guía de las deliberaciones.

Varias de éstas presentaron y lograron la aprobación de una resolución que le tramitaron al gobierno colonial, en la que proponían legislación para que las madres lactantes tuvieran tiempo y espacio con sus hijos en sus lugares de trabajo.

Entre los objetivos del congreso estaban laborar «por el establecimiento de iguales derechos y privilegios tanto para la mujer como para el hombre en el orden social, político y económico y conseguir la aprobación de legislación social relacionada con el salario mínimo, la reducción de las horas de trabajo y el mejoramiento de las condiciones de vida, salud y educación de las trabajadoras». Apoyaban el sufragio femenino sin restricciones para así incorporar a la mujer en todos los aspectos de la sociedad y demandaban el derecho de la misma a participar en la Legislatura, de modo de poder influir directamente en la aprobación de leyes sociales. El Congreso culminó con la aprobación de resoluciones en torno a los objetivos que proponía.

Genara Pagán y Carmen Puente se unieron a la Asociación Feminista Popular de Mujeres Obreras de Puerto Rico, organización sufragista vinculada a la FLT y fundada en 1920 por Francisca de Armiño (presidenta), Joaquina Díaz de Gamboa (vicepresidenta), la sufragista estadounidense Betty Hall (organizadora), y Luis Muñoz Marín (instructor y director). En otras arenas, Pagán y Puente estuvieron activas en la campaña electoral de 1920, dirigiéndose desde la tribuna a favor del Partido Socialista. Sin embargo, a pesar del liderato y militancia desplegados, estas sindicalistas no pudieron escalar la estructura de liderato local de la CMIU, ni integrarse a su Cuerpo Consultivo Conjunto, o a los niveles superiores de la FLT. Desde una perspectiva comparada, como en los Estados Unidos, los hombres retuvieron el control de los niveles superiores. Las mujeres asumían puestos de liderato, en uniones locales, sólo cuando ellas constituían grandes mayorías de la matrícula.

En ese mismo año Genara contrajo matrimonio con Pablo Arce, maquinista de barco, con quien residió en la calle Portugués de Puerta de Tierra.

La unión 453 tuvo una existencia fugaz y desapareció entre 1920 y 1923, cuando muchas uniones de tabaqueros fracasaron. El ascenso de Genara en el movimiento obrero, más allá de la presidencia de una unión local de tabaqueras, se dio a través del matrimonio. Al enviudar de su segundo esposo en 1930, se aloja como pensionista en la casa alquilada del prominente sindicalista cagüeño Prudencio Rivera Martínez. Al ser viudo también y padre de ocho hijos, Genara se dedica a criar a sus hijastros: Olga, Ida, Ofelia, Cecilia, Walter, Denjero, y la destacada líder Julita Rivera de Vicenti.

Cuando, en 1919, el Congreso de los Estados Unidos concedió a la mujer el derecho al voto, Genara y otras puertorriqueñas feministas quedaron sorprendidas de la ignorancia de los funcionarios en el Gobierno en relación con la aplicabilidad de la enmienda en Puerto Rico. Al enterarse acerca de la confusión sobre la nueva ley, Genara Pagán se propuso aclarar esas dudas. Viajó a Puerto Rico a principios de 1920 y decidió desafiar la aplicabilidad de la ley al registrarse como votante el 1 de septiembre de 1920, pues tenía más de 21 años de edad y era ciudadana de América del Norte. Genara Pagán, como representante de la Federación Libre de Trabajadores, radicó un pleito legal ante la Junta Local de Inscripciones exigiendo su derecho al voto, pero perdió el caso. Es entonces censurada por una de las líderes sufragistas -Milagros Benet de Mewton- quien anteriormente había manifestado su confianza de que una vez otorgado el sufragio en Estados Unidos, la ley regiría en Puerto Rico. Sucesos posteriores comprobaron el error de la Sra. Benet.

La acción de Genara creó un "estado de emergencia", obligando al gobierno de Puerto Rico a consultar la Oficina de Asuntos Internos en Washington, que decidió que la nueva enmienda a la constitución no era válida para las mujeres de Puerto Rico. Su acción, probablemente motivada por la ardiente lucha sufragista vivida en Nueva York, puso de manifiesto dos de los hechos más conflictivos que afectaron a las feministas y puertorriqueños en general durante las décadas siguientes: la situación colonial de Puerto Rico y la obstinada renuencia del Estado para aprobar leyes a favor de la mujer. En 1924, Milagros Benet, que fue miembro de la Liga Social Sufragista y presidenta de la Women's Pan American Association (Asociación Panamericana de Mujeres), también demandó a la Junta de Inscripción. Este caso también se perdió, pero los casos fueron significativos en el descubrimiento jurídico de la discriminación por razón de sexo, obligando a la Junta a definir el estatus de la mujer respecto a un asunto de tan vital importancia.

El Partido Republicano de Rafael Martínez Nadal, y el Partido Socialista de Santiago Iglesias Pantín y Bolívar Pagán, ratificaron un pacto para las elecciones del 1924. Esta coalición, una vez adviniera al poder, se comprometería a endosar el sufragio universal.

Las mujeres sufragistas republicanas y socialistas decidieron unirse y ayudar a la Coalición en la campaña electoral. En septiembre de ese mismo año, las dirigentes de la Liga Social Sufragista y la Asociación Puertorriqueña de Mujeres Sufragistas se reunieron en Puerta de Tierra y acordaron a trabajar juntas para el triunfo de la Coalición y demandar el sufragio universal. Sin embargo, esta propuesta de colaboración nunca se materializó. Muy pocas actividades fueron celebradas conjuntamente por estos dos grupos, que se limitaron a dos o tres conferencias y las conversaciones sobre el sufragio que se llevaron a cabo en la Seamen's  Federation en Puerta de Tierra. La Liga Social Sufragista tampoco incorporó a las mujeres trabajadoras en las campañas organizadas a partir de septiembre de 1924. Después de esta fecha las estrategias de la Liga se centraron en estas áreas fundamentales: reclutamiento de nuevos miembros y obtener el apoyo de otros grupos feministas en los Estados Unidos y América Latina.

A lo largo de la década de los años veinte, se radicaron varios proyectos legislativos, pero ninguno fue aprobado, ante la resistencia machista de los legisladores. Fue en 1929 cuando se aprobó la primera ley de sufragio femenino, impulsada por el Congreso de Estados Unidos, pero extensiva sólo a las mujeres que supieran leer y escribir. Finalmente, en 1935 se rectificó la ley, para hacer extensivo el voto a todas las mujeres adultas de la isla independientemente de su nivel de alfabetización. Puerto Rico fue el segundo país latinoamericano en reconocer el derecho al voto de la mujer.

Genara vuelve a Nueva York y regresará definitivamente a la Isla en 1926. En Puerto Rico continuó activa en el movimiento sindical "desde su casa". Sus responsabilidades como madre de sus hijos adoptivos no le impidieron seguir colaborando en las luchas obreras. Aparece en la línea de piquetes, cocina para los obreros, cose, borda y teje durante las noches para recaudar dinero para los huelguistas, y enseña con su ejemplo el compromiso y espíritu de solidaridad para con las luchas obreras.

Genara, que había sólo cursado estudios formales hasta el 5to. grado, pero que con su vida muestra la gran sabiduría que poseía, muere el 4 de junio de 1963. Sus restos descansan en el cementerio de Villa Palmeras.


Fuentes:
- La Convención Obrera de Mujeres, El Mundo, Martes 16 de diciembre de 1919  p.1
- Las mujeres se dirigen al Hon. Gobernador Yager, El Mundo, Miércoles 17 de diciembre de 1919 p.1
- Una comisión de obreras saldrá a los campos, El Mundo, Viernes 6 de febrero de 1920 p.6
- ¿Votarán las mujeres portorriqueñas en el próximo mes de Noviembre? , El Mundo, Viernes 3 de
    septiembre de 1920 p.1
- Ibid., 17 septiembre 1920 p.1
- Enmienda 19 de la Constitución no es aplicable a Puerto Rico, El Mundo, Jueves, 6 enero 1921  p.1
- La Unión núm. 460 de Torcedores. Celebró asamblea en San Juan, El Mundo, Jueves 4 de junio de junio
   de 1936 p.7
- La Mujer en la Lucha, Yamila Azize, 1985, págs. 180‐182.
- La lucha por el sufragio femenino, Gran Historia Ilustrada de Puerto Rico, El Nuevo Día, Martes, 9 de
  octubre de 2007
- Participación de la mujer en la Historia de Puerto Rico, Dra. Cecilia E. Cintrón, Centro de Investigaciones
  Sociales, U.P.R., 1986
- Censos 1910, 1920, 1930, 1940. Departamento de Comercio y Trabajo-Oficina del Censo.