Noticias - Artículos

Inicio


     Noticias  1921   

 

Lunes 2 de mayo de 1921

EN LA MADRUGADA DE AYER GRAN PARTE DE PTA. DE TIERRA FUE PASTO DE LAS LLAMAS
 

Vista tomada desde el muelle de San Antonio, en la cual puede verse el imponente espectáculo de las llamas desvastadoras sobre las casas en ruinas, y parte del tanque de la "Boston MolassesCo.", el cual se temió que pudiera reventar.

En la madrugada de ayer, domingo, y a la una y media de la misma, fue despertado el vecindario de Puerta de Tierra, a los gritos de "¡fuego!" y a los disparos y silbidos de la policía, anunciando la existencia de un incendio en una casa vecina.

EL SITIO DEL SINIESTRO

La alarma de fuego fue advertida en esta capital, y acudimos presurosos al sitio de la ocurrencia, para indagar detalles del siniestro. Cuando llegamos, ya el fuego dominaba totalmente el almacén de "Wm. W. Garic y Hno.", el cual está situado en la calle de San Agustín, 'esquina a la de "Valdés", y parte del depósito de maderas que detrás de dicho establecimiento poseen los Sres. "Aboy, Vidal y Compañía".

EL PELIGRO DE LA "WEST INDIA OIL CO."

Contiguo a la casa de "Garic y Hermanos" están los almacenes y depósitos de la "West India Oil Company", y desde el primer momento se pensó en la posibilidad de que el siniestro se extendiera a este establecimiento, lo q. hubiera traído irremediablemente la destrucción total del barrio de Puerta de Tierra. Las grandes existencias de gasolina y petróleo que posee dicha compañía, representaban un gran peligro y una terrible amenaza ante la proximidad de la conflagración. Con tal motivo, todos los primeros esfuerzos se encaminaron a aislar la "West India Oil Company" del fuego; y al efecto, se procedió a la destrucción de una casa de madera que la separaba del sitio de la catástrofe. Gracias a los esfuerzos de los bomberos, policía y público en general, y a la admirable instalación, qué contra incendios, tiene la "West India", se debió el milagro de que a estas horas existan en pie, libres y salvas, el resto de las casas que componen aquel barrio.

LA PROPAGACIÓN DEL INCENDIO

Mientras, de un lado se hacían desesperados esfuerzos por detener la propagación del incendio a los almanecenes de gasolina de la "West India' por la calle de Valdés, hacia la entrada del muelle de San Antonio, el voraz elemento seguía extendiéndose con la rapidez del relámpago, destruyendo los almacenes y talleres de "Aboy, Vidal y Compañía" y el establecimiento de la "Boston Molasses Company". En estos momentos, una fuerte brisa lanzó las llamas sobre la manzana del enfrente, tomando el siniestro proporciones alarmantes. La referida manzana se componía en su totalidad de grandes y antiguos caserones de madera, habitados cada uno por centenares de familias pobres, las cuales corrían despavoridas, con sus muebles a cuestas, a refugiarse, a la intemperie, en las esplanadas vecinas. El espectáculo que se desarrollaba a nuestra vista era desgarrador e imponente. Aquellas casas enormes quedaban convertidas en cenizas en menos de cinco minutos, y una y otra y otra, hasta que toda una manzana de más de 35 casas era a las pocas horas, una montón enorme de escombros humeantes. El fuego se propagó a las casas que daban frente a la carretera, quemándose cuatro de ellas.

LA OBRA DE SALVAMENTO

Pudimos notar, como desde los primeros instantes, se realizó rápida y ordenadamente la obra de salvamento de los muebles y objetos de las casas vecinas. Los soldados, los marinos de la estación inalámbrica, todos los cuales trabajaron como héroes, ayudados por la policía, bomberos y el público, desalojaron las casas, colocando los efectos en sitio seguro. Una gran cantidad de "drums" y cajas de gasolina fueron sacados de la "West India" y puestos en la carretera bajo la custodia de un piquete de soldados. En los alrededores del muelle de San Antonio, podía verse infinidad de montones de muebles y trastos, cada uno de los cuales denunciaba a nuestros ojos la existencia de una infeliz familia sin hogar en que albergarse.

MUCHAS DE LAS CASAS DESTRUIDAS ESTABAN ASEGURADAS

Además de infinidad de casas pequeñas que fueron destruidas y cuyos dueños no nos fue posible averiguar, se quemaron las siguientes: Cuatro casas pertenecientes a "Aboy, Vidal y

(Continúa en la pá. 3a.)

Compañía", una de las cuales estaba ocupada por "Wm. Garic y Hnos.", estando aseguradas dichas casas y la maquinaria y existencias de los Sres. "Aboy, Vidal y Compañía" en $110,000; una casa, asegurada en $1000 y un ranchón denominado "Las Mercedes", asegurado en $4,000, pertenecientes a Mercedes Portell de Zeno; cuatro casas, aseguradas $12,000, pertenecientes a Miguel Portell; 2 casas de Rafael Ojeda, aseguradas, una en $500 y la otra en $1,200; 3 casas, dos quemadas y destruida, aseguradas en $3,000, pertenecientes a Isabel Iglesias, y toda una manzana, compuesta de varias casas dos pisos, entre ellas, una que hacía esquina, construida de bloques, pertenecientes a la Sucesión Miranda y las cuales estaban sin asegurar, debido que las compañías de seguros no querían hacerlo por estar dichas muy cerca de la West India Oil Company. Además de éstas, se quemaron otras, la de un pobre ciego quincallero, llamado Marcelino Cardo quien no poseía otro tesoro que su casita, y se salvaron milagrosamente tres casas de madera que quedan frente a aquella en que se originó el fuego, un ranchón de los hermanos Hostos y la casa número uno de la calle San Agustín, perteneciente a la fábrica de hielo, quienes perdieron además, otra que estaba sin asegurar.

VARIOS HOMBRES HERIDOS Y UN NIÑO DE 15 DÍAS, MUERTO

Fue tal la magnitud de este siniestro que nos ocupa, que no podía faltar una sensible desgracia que lamentar. Una infeliz madre que llevaba en sus brazos, camino de la salvación, el fruto de sus entrañas, fue arrollada por uno de los carros de bombas, recibiendo la criatura tan fuerte contusión, que falleció casi en el acto. En el cuarto de socorros fueron curados de
leves contusiones las siguientes personas: Manuel Díaz , Guillermo Ríos, Catalino Fuentes, Ramón Alméstica, Fernando Meléndez, Rafael Santana, Hipólito Angleró, Martín Canales,
Pedro y Pablo González. En el hospital de maternidad, además

 

de la madre del níño muerto antes mencionado, cuyo nombre es Filomena Rodríguez de Frese, ingresaron Cruz Fontanes, quien a consecuencias del susto recibido y por hallarse en estado grávido, sufrió una fuerte hemorragia, y una niña de 5 años, quién sufrió un ataque espasmódico.

Las pérdidas sufridas son hasta cierto punto incalculables, aunque algunos son de oinión que las mismas ascienden a un millón de dólares. Muchas fueron las familias que, debido a la turbación del momento, perdieron todo lo que tenían, y otras que por encontrarse fuera de sus casas no pudieron salvar nada. Entre las primeras, debe citarse de nuestro buen amigo Enrique Contreras, quien tiene una numerosa familia compuesta de ocho hijos, y cuya situación no es del todo satisfactoria, perdió todo lo que poseía.


LA LABOR DE LOS BOMBEROS

Aún cuando muchas de las personas que se reunieron en el sitio del suceso, censuraron la labor realizada por el cuerpo de bomberos, nosotros nos atrevemos a afirmar, que los bomberos hicieron todo cuanto estuvo a su alcance para conjurar el peligro, que hubo momentos en que se mostraron sencillamente heroicos y que acudieron presurosos a los sitios más comprometidos.

Ahora bien; en San Juan, no hay cuerpo de bomberos, el material existente es inútil, no es para ser tenido por una ciudad de la importancia de San Juan.

Sabemos que la nueva administración está tratando este problema y nosotros nos permitiríamos indicar, que éste es un asunto que no requiere dilación alguna, ya que en ello se juega nada menos que las vidas y hacienda de toda la comunidad


LAS AUTORIDADES ACTUANDO

En el lugar de los acontecimientos, estuvieron, desde el primer instante, el jefe de la policía, el Sr. Schettini, y oficiales a sus órdenes; el Jefe de Bomberos, Sr. López Díaz, y el Comisionado de Servicio Público, Sr. Travieso, quíenes prestaron su valiosa cooperación dirigiendo los trabajos de extinción y localización del fuego. El Sr. Travieso, bien temprano en la mañana, conferenció con el Gobernador acerca del problema de alojamiento de las múltiples familias que están sin amparo. Nuestra primera autoridad civil solicitó del coronel Jarvis la cesión de tiendas de campaña, y le fueron negadas, alegando que para ello se hacía necesario un previo consentimiento de las autoridades de Washington. En-

(Continúa en la página 4)

tonces Ios Sres. Travieso y Esteves, comisionado del Interior, quien también se personó en el lugar del suceso desde el comienzo del fuego, se hicieron cargo de resolver el problema, y consiguieron acto seguido la cesión de 60 tiendas de campaña, las cuales fueron levantadas ayer mismo en los terrenos de la liga insular de Puerta de Tierra. Para el traslado de los muebles de las familias que conseguían casas donde irse, el Sr. Esteves, logró la cesión gratuita de camiones, por parte de las casas de comercio de Finlay, "Los Muchachos", y de don E. Amadeo, contratista del Barrio Obrero. Además, la Junta del Puerto ofreció los almacenes del Malecón para guardar los muebles que las familias en desgracia no pudieran llevar a las tiendas de campaña. Frente al muelle de San Antonio fueron inmediatamente levantadas las casas de campaña usadas por la policía en la pasada huelga de los muelles. La Cruz Roja, bajo las órdenes de su presidente, Licdo. Emilio del Toro, y secundada por el Secretario Ejecutivo de la misma, coronel Mitchel, la "head-nurse" Miss Kathleen D'Olier y el Sr. A. Montalvo Guenard, se hizo cargo de atender a la repartición de alimentos y ropas a los más necesitados. Las Sras. de Hutchinson y Brown repartieron almuerzo en sus respectivas residencias, y el Sr. Travieso concedió un permiso para que las tiendas pudieran vender ayer domingo provisiones para este fin.

El representante a la Cámara, Sr. Bird, manifestó a un redactor nuestro que en la sesión de hoy, en la Cámara, se trataría el grave problema planteado con motivo de la espantosa hecatombe sucedida, con el propósito de buscar un remedio al conflicto. La Cruz Roja nos encargó rogar a todas las personas que, quieran hacer donativos, se sirvan enviarlo a dicha institución.

UN RASGO DE LOS MASONES

El Dr. Lippit entregó al Sr. del Toro $500 que la masonería donaba para aliviar la situación.

LA IMPRESIÓN GENERAL

A presenciar los efectos del incendio han acudido millares de personas, muchas de los pueblos cercanos, y en todos se nota la profunda impresión que les causa, sobre todo cuándo miran el cuatro horripilante de centenares de infelices que en, los alrededores del siniestro improvisaban sus tiendas con sábanas y cobertores. Toda la capital ha experimentado una enorme sensación ante este suceso, ya que otro igual no se recuerda en la historia de las grandes calamidades que hemos presenciado en esta población.

PROCEDER NOBILÍSIMO DE LOS "CABALLEROS DE COLÓN"

La orden de los "Caballeros de CoIón" ha dado asilo en la casa, que ocupa en San Juan a unas cincuenta y cinco personas que quedaron sin albergue en Puerta de Tierra.
Las generosas damas "Isabelinas" se han encargado de suministrarles que comer.

Así nos informa el gran caballero de la orden, nuestro amigo el Licdo. Martínez Alvarez.