jueves, 4 de enero de 2007

La lomita sin Reyes
 



Por CLARISA ORTIZ  / El Nuevo Día
Despachadora de vuelos de una línea aérea


Recuerdo cada Navidad ir a San Juan a ver los Reyes Magos. Si bien era cierto que con los monarcas también estaba el nacimiento, nadie puede negar que el espectáculo se lo robaban los Reyes. Poderosos en cada una de sus versiones.
Las otras noches pasé por el viejo San Juan en un intento de gozar del paseíto navideño, ver las luces y coger la brisita, pero frente al Capitolio no había Reyes Magos.

Estaba la lomita "pela", sin luces. No es que estuvieran feos o que no correspondieran a aquéllos a los que estamos acostumbrados.

Es que no estaban.

En un país donde tanto nos quejamos de la falta de tradiciones, de cómo la familia no pasea junta, de que nuestros niños lo que quieren es ver televisión y de que la Navidad sólo significa comprar, en ese país que tantas necesidades tiene, hemos decidido no montar la lomita más bonita de San Juan, la de los Reyes Magos.

La realidad es que eso debe haber sido por que no llegaron a un acuerdo en el edificio de enfrente o, quizás, sí llegaron al acuerdo de no montarlos.

Deberíamos hacer que se paren allí tres legisladores por noche y, por camellos, estuviesen sus tres vehículos. Al fin y al cabo los pagamos nosotros tal y como pagábamos las decoraciones.

Quizás les quitaron la escolta y no encontraron la ruta al Caribe.

Puede ser que este año nuestra celebración se acabe el día 3 o el 4 de enero para adelantar algún status político o no ofender a nuestro vecino el americano.

¿Tendrá alguna empresa privada que hacerse cargo de los Reyes Magos de San Juan?

Sólo pienso que, al menos, llegué a llevar a mi sobrino hace 11 años y guardo las fotografías para recordárselo.

Ahora el más pequeño tendrá que creer en nuestra palabra.