BELLA COMO NUNCA

La principal distribuidora de autos puertorriqueña tiene más de 600 empleados y ventas de 900 unidades al mes.

El nuevo Día
22 de septiembre de 2013
domingo,6 de octubre de 2013
 

GUIADA POR EL tesón y la visión de dos gestas generacionales, Bella Group se prepara para celebrar medio siglo de historia.

Una crónica que está protagonizada por la transformación y el crecimiento de una empresa familiar que, a través de un exitoso plan de sucesión, ha visto recompensado su esfuerzo. Bella Group hoy es la principal distribuidora de autos netamente puertorriqueña, con sobre 600 empleados y con ventas aproximadas que superan las 900 unidades al mes, entre todas sus marcas. Bella Group representa y vende en la Isla los autos marca Honda, Acura y Mazda. Además, es propietaria de los dealers Flagship que revenden modelos nuevos de las marcas Chrysler, Dodge, Jeep y Volkswagen, así como autos usados en general.

Pero la Bella del presente dista mucho de la configuración comercial con la que comenzó, cuando fue fundada por Jerónimo Esteve Abril en el 1963.

Sus dueños actuales, el matrimonio formado por Carlos López-Lay y María Esteve -hija del fundador-, contaron a Negocios que Bella se fundó originalmente para vender y representar motoras marca Honda.

"En esa época, cuando papi comenzó, junto a su socio de aquel entonces -Juan José Bellapart (un español que tenía la representación de Honda en República Dominicana y de donde surge el nombre de Bella)-, Honda solo manufacturaba motoras", reveló Esteve.

Para esa época, ya Honda era la marca de motoras japonesas número uno en ventas en todo el mundo, y apenas hacía sus pininos en la manufactura de automóviles.

López-Lay contó que, en ese momento, don Esteve Abril cuestionó la viabilidad del negocio debido a la poca utilización de la motora como vehículo de transportación. Una situación que no es muy diferente a la actual. Sin embargo, no dudó, lo hizo y se arriesgó.

"Cuando empezaron, tenían un solo empleado, que era primo de mi papá. Durante ese primer mes solo vendieron una motora", explicó Esteve, quien actualmente se desempeña como vicepresidente ejecutiva de la empresa.

"Para ellos, esa única venta fue considerada como un logro. Lo vieron de forma positiva y no como un fracaso", anadió la ejecutiva.

Ese primer concesionario se estableció en el área de Puerta de Tierra, donde está ubicada actualmente la panadería La Imperial.

No fue hasta 10 años después, en 1973, que la distribuidora se estrenó en la venta de autos con la llegada a la Isla de la primera generación del Honda Civic. Es a partir de este momento, que da inicio la historia de la Bella que se conoce hoy. Durante esa segunda etapa Esteve Abril decidió mover sus operaciones a un espacio más amplio en la avenida Ponce de León, en Santurce.

En este momento se añadieron otras líneas de productos Honda como generadores eléctricos, y equipos de jardinería e industriales.

A principios de los 80, la expansión comercial de los productos, simultáneo al crecimiento del negocio, requirió un lugar más amplio lo que los llevó a establecer un nuevo centro de operaciones en la avenida 65 de Infantería, en Río Piedras, donde actualmente mantienen las facilidades de Planet Honda.

López-Lay aseguró que, ya para este momento, la empresa contaba con sobre 200 empleados.

"Es a mediados de los 80 que Honda empieza a entrar en la venta de autos fuertemente, al adquirir Honda de San Juan y Caguas. Es ahí que comienza la expansión de la red con tres dealers", explicó el presidente.

Más tarde, se añade a la lista otro punto de venta Honda en Mayagüez.

El empresario sostuvo que ese periodo de expansión económica llegó a su tope entre el 1989 al 1990, cuando explotó la Guerra del Golfo Pérsico, que tuvo un impacto en la economía global. Es ahí, cuando don Jerónimo decide -en una movida estratégica para salvar el negocio e inyectarle capital- venderle a sus tres principales vicepresidentes los concesionarios de la 65 de Infantería, Caguas y Mayagüez.

Con esto, la operación se reduce, exclusivamente, a la distribución de los vehículos marca Honda y Acura, marca que se había introducido en la Isla en el 1986. Además, mantuvieron la operación de Honda de San Juan.

Bajo esta coyuntura crítica del negocio, entra al negocio familiar la hija de Esteve Abril para trabajar en la parte administrativa, específicamente con la marca Acura.

De igual forma, al poco tiempo,lo hace López-Lay, quien ya era parte de la familia tras haberse unido en matrimonio con Esteve.

Segunda Generacion

La pareja contó que su entrada al negocio familiar no se trató, precisamente, de una entrada planificada, pero sí de una acción determinante en el rumbo que tomó la empresa a partir de ese momento. 

Lo que se trató de un "salvavidas momentáneo" para resolver un problema con unas alarmas defectuosas , que eran instaladas en los vehículos por un proveedor independiente y que afectaban la marca, terminó sellando el destino del ejecutivo dentro de la empresa.

El hoy presidente y propietario de Balla Group cursaba su segundo año de leyes cuando vio la solución a ese problema como una oportunidad para iniciarse en el negocio y aprender sobre la industria de autos.

"Ahí aprendí a hacer todo lo relacionado con esa parte del negocio. Comenzamos montando las alarmas y terminamos montando bocinas, radios y hasta CD changer, que se utilizaban para ese entonces", señaló López-Lay.

Para esta fecha, Bella vendía aproximadamente unas 300 unidades mensuales, entre Honda y Acura.

Según el ejecutivo, este esfuerzo dio pie para que abrieran la tienda de accesorios e instalación de equipos, The Sound Gallery.

Al ver el empeño puesto en esta iniciativa y el rol que había tomado López-Lay en el liderazgo de la empresa, Esteve Abril, según relató el propio ejecutivo, decidió nombrarlo director del área de piezas y servicio.

"En realidad, cuando don Jero me llamó, yo pensé que me iba a dar alguna posición en el departamento de ventas. Cuando dice que es en piezas y servicios, me sentí un tanto decepcionado, pero igual empencé a trabajar como lo había hecho hasta ahora", mencionó.

Mirando hacia atrás, tanto López-Lay como su esposa reconocen que eso fue lo mejor que le pudo haber pasado.

"Conocer este negocio desde el área de piezas y servicio te da una oportunidad de ver la operación desde otra perspectiva, para poder manejar el negocio desde una visión más completa", indicó el ejecutivo, quien señaló que su labor en ese momento no se limitó a piezas y senado, sino que se extendió a otras áreas.

Según el presidente, a partir de ese momento, a mediados de los 90, el negocio de Bella ya era considerado una empresa grande, pero que no estaba rindiendo los frutos económicos necesarios para mantener una estructura de costos saludable.

En lo que pudiera identificarse como el comienzo informal de un proceso de sucesión, la empresa comienza una era de cambios bajo el liderazgo de López-Lay. "Empezamos por rehacer la estructura de precios y darle mayores incentivos a los dealers. Comenzamos, en general, a hacer una reestructuración completa de la empresa", detalló.

Para ese entonces, Esteve Abril seguía al frente de la compañía, pero había dejado en manos de su yerno el crecimiento y expansión del negocio.

"El cambio se notó de inmediato y así se vio en los números. La diferencia fue notable", acotó el empresario.

Viendo la oportunidad de crecimiento que tenía el negocio y teniendo claro los planes futuros de la empresa, López-Lay se propuso en el 1997 comprarle el 80% de la empresa a su suegro, ya que el 2O% restante estaba en manos de su esposa.

"Nosotros trabajamos muy duro por este negocio, tanto María como yo. Es más, recuerdo que hubo un 31 de diciembre que eran las 11:00 de la noche y nosotros todavía estábamos aquí. Hasta los fines de semana los trabajábamos. Para nosotros se trataba de un compromiso 24/7, explicó.

A pesar de que, en ese momento, la transacción no se com pletó porque no pudieron completar el monto total de la compra, eso no los desanimó. Siguieron moviéndose para atraer nuevos negocios a la empresa, como fue el caso del primer concesionario Flagship Chrysler en Bayamón.

Simultáneamente, López-Lay se ocupó de educarse y ponerse al día con lo que se consideran las mejoras prácticas administrativas, al tiempo que procuró lo mismo para sus empleados. Según dijo, para él era muy importante poder proveerle a los empleados las herramientas educativas necesarias para lograr el mejor desempeño de cada uno. "Además de invertir en educación, empezamos a invertir en mejoras a las facilidades, en uniformes para los empleados y en tecnologia para la empresa", detalló.

"Nos dimos cuenta de que para prosperar hay que invertir en la empresa y en los empleados", añadió.

Al cumplir 35 años, en el 2002, López-Lay fue nombrando por don Jerónimo como presidente de Bella Group, y junto a ese nombramiento le otorgan el 10% de las acciones de la empresa. Dos años más tarde, el matrimonio adquiere el 7096 restante.

"A partir de ese momento, pudimos hacer todo más rápido y utilizar la experiencia adquirida a nuestro favor. También, trajimos al negocio gente nueva que nos ayudó en esta nueva etapa", sostuvo el empresario.

Tanto Esteve como López-Lay puntualizaron que durante estos nueve años Se han enfocado en el mejoramiento y expansión de la empresa, reinvirtiendo prácticamente todo el capital que han generado en este periodo. Bajo esta filosofía, lograron adquirir la distribución de Mazda en Puerto Rico, el año pasado, y lograron la expansión de su red de concesionarios, Honda, Acura, Mazda y Flagship, que hoy cuenta con 22 dealers en total. A éstos, próximamente, se sumarán dos nuevos puntos de venta Honda, uno en Caguas y otro en Mayagüez.

A la par con este crecimiento comercial, ha crecido el compromiso social de la empresa con Puerto Rico.

"Bella no es simplemente un negocio que vende tremendos productos. Es un negocio que está bien comprometido con sus empleados y su comunidad", expresó su presidente.