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La noche mágica de Javier Sotomayor en San Juan que pocos presenciaron


Lunes, 21 de agosto de 2017
 
Por Raymond Pérez
EL Nuevo Día
 

Javier Sotomayor también compitió en la isla durante los Juegos Centroamericanos y del Caribe de Ponce 1993. (Archivo / GFR Media)

Hace 28 años, Javier Sotomayor estableció un récord mundial de salto en el estadio Sixto Escobar de San Juan.

El 29 de julio de 1989 el viejo estadio Sixto Escobar fue el escenario de una marca mundial. Sin embargo, no fueron muchos los que presenciaron al primer y único ser humano en la historia en saltar a lo alto los ocho pies.

Desde la hazaña del cubano Javier Sotomayor han pasado 28 años. El evento fue parte del Campeonato de Atletismo de Centroamérica y el Caribe celebrado en San Juan. Ya Sotomayor había ganado su evento, muchos fanáticos se habían ido y la mayoría de los miembros de prensa también se habían marchado a sus respectivas redacciones.

Pero, a eso de las 9:00 p.m., Sotomayor y su entrenador decidieron que intentarían superar la marca de ocho pies (2.44 metros), aquella noche veraniega del 1989.

El periodista deportivo Hiram Martínez, que para entonces trabajaba para El Nuevo Día, fue de los pocos que se vivió dicha marca mundial. Aquí su relato:

“Cuando anunciaron que Javier Sotomayor iba a intentar saltar los ocho pies, hacía como dos horas que Gary Williams (el fotógrafo de El Nuevo Día) me había dicho que ya tenía las fotos que quería del evento, incluyendo unas de los primeros saltos del cubano, con mejor luz. El evento había comenzado en la tarde y ya eran casi las 9:00 de la noche. Busqué un teléfono público para avisar (al editor) que podía haber un récord mundial, pero el que había en la entrada del Sixto Escobar estaba dañado, y justo cuando salía del estadio me encontré a Elliott Castro, quien me dijo que la unidad móvil del canal 24 tenía uno de esos nuevos teléfonos celulares, con lo que podía llamar al periódico”, comenzó su relato Martínez.

“El editor sabatino, Erick Rodríguez me dijo que Gary ya se había ido (de la Redacción). Pero yo sabía dónde estaba Gary un sábado por la noche. Llamé a Dunbars, un bar en la Calle Loíza, y allí lo consiguieron. No sé cómo llegó, pero allí estaba en unos 10 minutos”, recordó el actual editor de ESPN Deportes.

“En la pizarra del estadio, pidieron silencio absoluto. Quedaban quizás unas 500 personas, de las cerca de 2,000 que asistieron. Los atletas cubanos bajaron al borde de la pista, mientras Sotomayor se preparaba. El primer salto lo falló por muy poco. Ya instalado para el segundo, la pizarra seguía con el aviso de silencio absoluto, pero Andrés Simón, (velocista) que estaba justo al lado mío, comenzó las palmadas rítmicas, mientras una nube de salitre podía verse en movimiento. A las palmadas de Simón se unieron las del resto de la delegación y, poco a poco, las del público. Los aplausos, el salitre, la atmósfera me tenían a mí ansioso, no puedo ni pensar cómo estaba él (Sotomayor). El cubano tomó impulso, dio los pasos largos, saltó y pasó sin tocar el listón. Los cubanos salieron corriendo hacia el colchón, pero ahí vino otro problema: si se caía el listón, el récord no valía. Recuerdo ver a Amadeo Francis y a Víctor López extender las manos para que los cubanos no corrieran hacia el listón, pero era inevitable, el rostro de ambos, con los ojos abiertos ante la avalancha, valía un millón. Pero los atletas se tiraron por debajo del listón, sin tocar los postes, halaron a Sotomayor fuera del colchón y lo cargaron a la grama interior de la pista. Allí, en medio de la celebración, fue que pudimos hacerle unas cuantas preguntas. A la vuelta, iba pensando en la nota, qué decir, pero el gringo (Williams) me dio la idea: ‘Eso fue un momento mágico’. Por ahí la trabajé...”.

El veterano reportero, que inició su carrera en El Nuevo Día en octubre de 1986, recordó que una semana más tarde lo llamaron de la revista Sports Illustrated para entrevistarlo sobre la gesta de Sotomayor. Les envió fotos de Williams y copia de su nota, la que casi reprodujeron en su totalidad sus primeros tres párrafos de la misma.

Sotomayor eventualmente rompió su propia marca mundial, cuando el 27 de julio de 1993, en Salamanca, España, saltó 2.45 (ocho pies con ¼ pulgadas), récord mundial vigente.