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Los artisías urbanos Joshua Santos "Ismo" y Eliezer Pagán "Ske" crearon el espectacular mural —ya desaparecido— "La noche bocarriba y bocabajo", en el que hacían un homenaje al Premio Nobel de Literatura Samuel Beckett.


Lo efímero en el arte urbano: murales y graffitis

29 de febrero 2008

Por: Jorge Rodríguez
Redactor ESCENARIO


Desde estas mismas páginas, se ha descrito a través de los últimos años la intervención masiva del graffiti en las áreas urbanas de Puerto Rico, haciéndose notar también que este movimiento otrora caligráfico y minimalista, ha ido tornándose en una suerte de muralismo de tendencias tanto figurativas como abstractas —y de profundo contenido social— cargando muchas de estas muestras de arte público, signos y consignas de predecesores como Jean-Michel Basquiat, George Grosz, Phase II, FX Crew, D’Zine y Os Geméos, por mencionar algunos.

Sólo basta visitar la calle San Agustín de Puerta de Tierra para admirar el mural "El mundo bocarriba y bocabajo", una suerte de homenaje al Premio Nobel de Literatura Samuel Beckett que protagoniza tan magna obra; al igual que atisbar en Santurce, otros murales de igual categoría como el de tema existencial y humorístico al frente del Centro de Bellas Artes de Santurce; "Master at Destruction", más abajo en la avenida Fernández Juncos; "El 11 de septiembre de 2001", en la misma parada 25; "Temple of Style" al frente; y el de "Clinton frente al precipicio", a unos pasos de éstos, por sólo hacer referencias a algunos.

La maestría de su ejecución en el medio de pintura aerosol indican que se trata de obras con composiciones complejas, de un colorismo riguroso, de mensajes directos y con múltiples lecturas narrativas, realizadas gratuitamente por los artistas Joshua Santos "Ismo", Eliezer Pagán "Ské" y Omar Rosario "Rek", tanto individualmente como en equipo.

Estas obras en nada se relacionan al graffiti de firmas, signos, caricaturas o garabatos que abundan en muchas áreas de San Juan y que afean la ciudad. Hoy intentamos auscultar con los artistas "Ské" e "Ismo", la praxis del medio del aerosol en la realización de murales, su diferencia con el estilo del graffiti, su carácter efímero y su permanencia como arte público.

Entre esa evolución de ustedes que comenzaron en el arte como graffiteros y hoy son considerados unos muralistas, ¿cómo nació esa inquietud de ustedes por incorporarse en las filas del arte urbano?

Ismo: Yo empecé como a los 11 años cuando vivía en Arecibo cerca del campo y vi una película de título "Beat Street" donde salía una gente pintando los trenes, y como yo dibujaba desde que estaba en kinder, y era callado, el sicólogo le dijo a mis padres que yo era así y tenía talento para eso. Empecé a practicar debajo de un puente y en

unas cuantas casas abandonadas.

Ské: Yo comencé para el 1981, en Carolina donde estudiaba, y vino una gente que me habló del arte que se estaba haciendo en Nueva York en los trenes y las calles. Como la influencia mía en el graffiti fue Phase II, uno de los pioneros creadores de las letras como las conocemos desde el 71, tomé varias fotos de lo que hacían y me fui interesando.

¿Cómo era la calle para ese entonces? ¿Podían crear libremente o lo hacían en el clandestinaje?

Ské: Comencé como lo hace ahora mucha gente, que firman su nombre. Pero llegó el tiempo que había tantas firmas en las paredes que no se podía distinguir nada. Entonces se empezó con algo más muralístico, algo más positivo, porque la gente prefería ver un mural que ver la pared toda llena de firmas. Bajaron entonces gente de Nueva York a invitarme para allá; y fui aprendiendo un poco más.

¿Y cuándo saliste de Arecibo para meterte en las paredes de San Juan?

Ismo: Empecé a buscar imágenes de graffiti en revistas de raperos porque me interesaba hasta que conocí un graffitero de Nueva York que me enseñó los estilos de las caligrafías que son la base. Luego de tener el fundamento y conocer las reglas, empecé con mi propio estilo.

¿Pero, cómo practicabas en Arecibo?

Ismo: No éramos muchos, pero empezamos a pintar en sitios abandonados. El mismo alcalde de Arecibo nos dio permiso para usar un edificio abandonado en la carretera número 2. Como ya tenía apoyo y dónde practicar y pintar, seguí desarrollándome. Siempre hacía mis dibujos más mural y como teníamos un grupito, empezamos a hacer producciones. Además de nuestros nombres estilizados en una pared, le metíamos fondo. Me gradué de la escuela y entré a la Escuela de Artes Plásticas de San Juan. Fui a vivir a Barrio Obrero donde pinté una barbería que parecía una máquina de recortar pero en letras. Rek la vio, y preguntó por mí.

¿Cómo llegaste a tu iconografía?

Ské: Seguía tomando fotos y de ahí veía cómo podía seguir mejorando.

¿Cuándo es entonces que abandonan las firmas y se meten al muralismo de verdad en un estilo figurativo?

Ské- En Carolina, eran letras y letras y letras. Para uno sobresalir tenías que hacer algo diferente, y fui incorporando muñecos, cosas que estuvieran pasando, perspectiva, tratando de buscar algo diferente para llamar a atención. Ya desde el 84 trabajaba el mural. Me gusta el detalle, los colores brillantes y su combinación.

¿Cómo ocurrió ese milagro entre ustedes, de que las firmas forman parte de una narrativa donde a lo mejor éstas se convierten en flechas, o se tranforman en un pasadizo secreto, en nubes, en objetos, en surrealismo?

Ské- Llegamos naturalmente a otro nivel donde la firma parecía otra cosa.

Ismo- Con tu estilo podías doblegar la figura y convertirla en expresionista, hacer una letra abstracta, trabajar la perspectiva y los puntos de fuga que da la tridimensionalidad, el dominio de la luz y la sombra. Vas llevando la firma a diferentes estilos para que parezca más bien una obra de arte.

¿En una producción colectiva de tamaño monumental como "La noche bocarriba y bocabajo" donde aparece el Premio Nobel de Literatura Samuel Beckett, cómo se repartían esa narrativa pictórica tan complicada?

Ské: Esa obra nos tomó como un mes hacerla. Eso fue algo bien planificado.

Ismo: Pintando fueron como 10 días, pero el proceso es largo. Siempre uno se bloquea, siempre discutimos como colegas dónde debe ir esto y lo otro, y lo dialogamos.

¿Cómo surgió este diseño en particular?

Ské: Entre todos los que pintamos. Primero nos reunimos para la idea que queríamos en un estilo futurista.







Ismo: Después empezamos a traer más ideas.

¿Cuántas obras han hecho en colectivo?

Ismo: Más de 30.

¿En qué espacio de tiempo?

Ismo: Cinco a seis años.

¿Cómo en ese tiempo han visto complicarse la calle?

Ské: Llevo más de 25 años pintando y nunca he tenido problemas; y eso que he tratado de explicar que esto es trabajo mural, que no es escribien do en las calles. Es que cuando se escucha la palabra graffiti como que no saben diferenciarlo de lo que nosotros hacemos. Creen que es dañar las propiedades.

Ismo: Muchas de esas personas que escriben sus nombres por ahí, yo creo que no tratan de vandalizar, es que todos los que hacen graffiti empiezan escribiendo su nombre. Y como no tienen un espacio donde hacerlo, lo hacen en la calle.

Cuándo comenzamos a investigar el tema del graffiti en la calle, además de ver verdaderas obras de arte, vimos sectores completos vandalizados. ¿Qué tienen que decir sobre esto?

Ské: Nosotros, a veces, utilizamos paredes vandalizadas con capas de propaganda política y buscamos permiso cuando vamos a hacer un trabajo artístico porque conlleva muchas horas de trabajo. No es algo que se pueda hacer rápido, en una noche. Pero siempre pedimos permiso.

Ismo: En éste de Beckett, la misma comunidad nos consiguió los andamios. Y lo trabajamos haciendo uno una esquina, y yo la otra.

¿Cómo trabajan el colorismo?

Ismo: Primero trabajamos el fondo.

Ské: Todo lo planificamos: si vamos a trabajar con colores cálidos o fríos.

¿Han podido estudiar el muralismo mexicano?

Ské: Hemos visto trabajos de Xiqueiros y Diego Rivera.

Ismo: Hemos estudiado el estilo de ellos también. Lo que me gusta es lo complicado, lo trabajado de las composiciones, con muchos elementos figurativos. De Xiqueiros hemos visto cómo trabaja el techo y ese mural fluye por las esquinas, y eso lo necesitamos para futuros proyectos.

¿No comparten con Basquiat, por ejemplo, los elementos pop que él incorpora en sus obras, del cine, los cómics, los atletas?

Ismo: Son cosas con las que la gente se puede identificar. Pensamos, vamos a meter a un Albert Einstein y no sólo lo abstracto. Por ejemplo, en la pared de Bellas Artes metimos caricaturas para que los niños se identifiquen también.

Ské: Eso es un elemento humorístico para diferentes tipos de público.

¿No consideran el mural del "11 de septiembre" como una de sus obras más dramáticas, difíciles, con distintos niveles de lectura?

Ské: Eso fue cuando sucedió esa tragedia. Rápido me reuní con Rek para hacer algo sobre lo que pasó. Conseguimos referencias para trabajarlo y a la gente le gustó, iban a retratarse allí. Empezamos a diseñarlo con un paisaje como si estuviera la gente en la oficina sin ver el avión que se acercaba; ya de frente al edificio con un señor rezando. Fuimos dando ideas hasta lograr el mural.

Cuando terminan estas obras, a la intemperie, y por ser tan efímeras, ¿no piensan en restaurarlas y darles mantenimiento?

Ismo: Los murales están par de años en las paredes, y volvemos y hacemos algo nuevo encima.

Ské: Cada vez, tratamos de superar lo que había.

¿Tienen una opinión sobre lo que denominan las autoridades como vandalismo o feísmo urbano?

Ské: Es que hay personas que no respetan nada. Nosotros lo que hemos hecho es tratar de orientar. Le explicamos cómo trabajar el "spray", darle un uso positivo en vez de estar escribiendo en todo lo que encuentren.

¿Qué libertad encuentran en el medio del aerosol?

Ismo: Es mucho más rápido para todo, para rellenar, para delinear, puedes trabajarlo más rápido, para difuminaciones es excelente, transpaencias, para todo. Con un pincel, un mural como el de Beckett tomaría a lo mejor un año, ¡y cuidado!

Ské: Es un medio que requiere de mucha práctica para poder dominarlo. Pero después que lo domines, algo que tome dos meses en pincel, puedes hacerlo en tres días.

Fíjense que al lado de su mural, hay uno vandalizado al igual que todos los murales que comienzan en la calle de San Agustín en Puerta de Tierra. ¿Por qué?

Ské: Es que también hay personas que al ver cómo nos reconocen, y salimos en libros de murales y graffitis internacionalmente, existe envidia. Te tardas un mes haciendo un dibujo y te lo destruyen en menos de un minuto. Esto lo hacemos gratis, por amor al arte.

Ismo: Tenemos suerte que nuestro trabajo lo han respetado porque muchos nos ven como ejemplo. Pero, están estas personas que nos envidian...

¿Que aconsejarían a estos muchachos que están empezando sin paredes, que no están embelleciendo a la ciudad?

Ské: Esas personas perjudican a los artistas que tantos años nos ha tomado tratar que la gente acepte que esto es un arte. Están echando para atrás todo lo que hacemos.

Ismo: Es que no están bien orientados. Si lo vas a hacer, pues hazlo bien hecho. Hay unas reglas.

¿No deberían pedir permiso también?

Ské: Sí, por lo menos. Por ejemplo, esa pared frente a Bellas Artes, nosotros la tenemos desde que eso era un cine. Recuerdo, que al principio aquello eran capas y capas de pasquines. Hablamos con los dueños, la limpiamos y siempre la han respetado.

¿No vale la pena que estas obras tengan carácter de permanencia como arte público?

Ismo: Es que para el público, tú le mencionas graffiti y creen que es algo malo. Nos ponen todo más difícil.

Ské: Por más artístico que sea, mencionar la palabra graffiti, significa que ya no es arte. Piensan en todo lo que no tiene que ver con lo que nosotros realizamos. Sin embargo, desde Europa y Estados Unidos nos llaman para hacerles murales. Y lo mismo, vienen para acá para estudiar los murales que hacemos.