Que se oiga el Grito de Guerra!

Revellín de la Segunda Línea de Defensa, que constaba de una muralla con baterías que protegía de norte a sur el área que hoy día conocemos como Puerta de Tierra.

 

Claridad
Por: Jaime J. Altieri (Pro Rescate Viejo San Juan)

 
 


Han transcurrido al menos cinco años desde que comenzó la batalla ciudadana para proteger lo que fue la primera línea de defensa de los españoles contra los ataques de saqueadores y corsarios desde el fortín de San Jerónimo.

La más reciente batalla en el 2003, pudo pasar inadvertida para muchos en nuestro país porque la prensa puso muy poco interés en comunicarla al pueblo. Desde entonces, la lucha ha sido continua y sin descanso con la diferencia de que ahora somos todos los puertorriqueños quienes nos enfrentamos a intereses extranjeros que han decidido saquear nuestro patrimonio.

Con todo esto me refiero al polémico proyecto Paseo Caribe, cuyo constructor de origen colombiano, Arturo Madero, viene construyendo hace años junto al Caribe Hilton.

El mal llamado “desarrollador”, parece haber sepultado varios tesoros arqueológicos en aras de plantar bandera con un proyecto que abrirá camino a muchos otros. Me refiero al proyectado “Waterfront” y otros a desarrollarse en Puerta de Tierra, con una inversión estimada de cuatro billones de dólares según hizo público el senador Roberto Arango.

Para ello se rompió la escala arquitectónica junto al también polémico Condominio Millenium; abriendo camino para construir un Manhattan en la Isleta de San Juan Bautista. Es una idea antigua que desde los años cuarenta se trató de implantar sin éxito.

Muchos van a ser los desplazados en el camino. Esta vez no tendrán que expropiar tantas viviendas como lo hicieron en San Mateo de los Cangrejos en Santurce. No lo tendrán que hacer porque, dijo de nuevo el senador Arango, “el gobierno es dueño de gran parte de los terrenos en el lugar”.

Eso quiere decir que nuestros vecinos del sector San Agustín en Puerta de Tierra, deberían ir tomando conciencia de que el gobierno los piensa reubicar. Por décadas han sido los mayores pobladores del área sin que el gobierno hiciera la mínima inversión para mejorar su calidad de vida. Ahora tendrán que irse del lugar porque llegaron los príncipes del capitalismo salvaje.

Son los mismos personajes de siempre. Son los dueños de las vidas de nuestra gente trabajadora y pobre. Tienen el título de la propiedad sobre todo el archipiélago puertorriqueño por medio de hipotecas y otros documentos negociables sólo entre ellos mismos. Son peligrosos porque a la luz de su ignorancia están dañando nuestros recursos naturales y capital social al extremo de que pueden convertir a nuestra isla en una inhabitable.

El saqueo está a la vista. Habrá que activar a todos los soldados que en Vieques dieron la batalla contra la Marina de Guerra de los Estados Unidos. Habrá que traerlos a la primera línea de defensa, para combatir esta vez a los intereses insaciables de las oligarquías coloniales y ahora de desarrollistas extranjeros inescrupulosos. Ya algunas instituciones extranjeras tienen en la mirilla a los hijos de la corrupción que ellos mismos amamantaron por décadas.

Sin duda, que daremos la batalla más grande en la historia de nuestro país porque aquí debe quedar claro que nos afectamos todos. Todos tenemos algo que perder de nuestra dignidad y nuestro espíritu.

No se trata solamente del fortín que es bastante ya, sino de nuestro propio capital social, de nuestra gente, que seguirá sufriendo los embates de la segregación que instituyó la ex-gobernadora Sila M. Calderón con su proyectada Citadela en Santurce.

Allí en antaño defendieron con gran dignidad otra importante línea de defensa los cimarrones contra el ataque de los holandeses. Más recientemente, los cangrejeros de San Mateo, dieron el frente, algunos su vida, para defender su comunidad centenaria.

Estos últimos, si no pudieron rendir al gobierno corrupto, fue porque aún el pueblo entero no estaba listo para darles su respaldo. De todas formas ganaron moralmente y abrieron el camino para la batalla que ahora hemos de enfrentar todos unidos.

Puertorriqueños todos, vamos a la más grande batalla que asegurará nuestro futuro y el de generaciones por venir. Defendamos desde el Fortín San Jerónimo la memoria y la historia de nuestro pueblo.

Defendamos también a nuestros hermanos de Puerta de Tierra.

Regresemos a la batalla desde la primera línea de defensa, esta vez contra el gobierno corrupto y los mal llamados desarrollistas. Que se oiga de esquina a esquina de nuestro archipiélago los tambores y el grito de guerra.

Pero, sobre todo, que se oigan los tambores y gritos de guerra en el Fortín de San Jerónimo.


* El autor es portavoz de la agrupación comunitaria Pro Rescate Viejo San Juan