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Puerta de Tierra vela por su seguridad 
Jueves,13 de julio de 2017

Por Perla Rodríguez, EL VOCERO

La comunidad reclama la instalación de semáforos y que sea declarada zona residencial.

Foto suministrada por la Brigada PDT a puertadetierra.info

En la Calle del Tren en Puerta de Tierra hay una brigada que surgió hace dos años con el propósito de asegurar un espacio de encuentro para los niños que le reclaman al gobierno que instale semáforos y declare el lugar como zona residencial. Solo quieren cruzar la calle sin miedo a que un auto los impacte.

El reclamo se hace claro en cada mural que lee: “Aquí vive gente”. Al menos, ese es el lema que la #BrigadaPDT (Puerta de Tierra) utiliza en cada uno de sus murales.

La idea del grupo no es solo enfatizar que allí vive gente, lo que quiere gritar es que la calle sin semáforos conecta a las comunidades de San Agustín, San Antonio, El Falansterio y hasta la nueva Puerta de Tierra. Pero como no han sido reconocidos como zona residencial, tienen que imponer sus reclamos en las paredes.

Todo comenzó cuando el artista plástico y vecino de la comunidad, Jesús ‘Bubbu’ Cruz pintó un mural que leía “chofer, cógelo con calma”. Rápido se le unieron Dary y Danaury Berroa, dos hermanos que atrajeron a los demás chamacos de la comunidad.
Comenzaron sus reclamos entre ‘pintatas’ y murales. Pero ya no era suficiente que las paredes hablaran. Los edificios también tenían que hacerlo. Eran 57 edificaciones abandonadas que solo servían de estorbos públicos.

Según cuenta Cruz, “un día asaltaron a una señora frente a uno de los edificios y dijimos basta ya”. Se apoderaron del lugar, lo convirtieron en la Plaza Vivero y lo demás es historia. Pero el trabajo también contó con el apoyo de los voluntarios del caño Martín Peña, además del líder comunitario Luis Vélez y el artista Luis Agosto Leduc.

Cruz no podía dejar de agradecer el esfuerzo del grupo de personas que lo ayudó para que los niños elaboraran el espacio “que es mitad plaza y mitad vivero“, como describió el artista urbano que lidera y acompaña. A un lado las plantas, al otro están las mesas y las sillas.

Una que otra noche, se convierte en cine. Otras tardes se convierte en oficina para las personas que lo trabajan. “Los chamacos querían un espacio neutral“, explicó Cruz.
Se trataba de organizarse en un lugar que no fuera de San Agustín ni del Falansterio, tampoco de San Antonio ni de la nueva Puerta de Tierra. “Un espacio de todos”, calificó el artista que dirige el grupo de niños que quieren erradicar el estigma que rodea a su comunidad.

“La gente empezó a ver que los chamacos que antes tiraban piedras, ahora pintaban y nos empezaron a apoyar de una forma pasiva”, explicó el artista plástico que lleva 10 años viviendo en la comunidad.
De esa forma, desarrollaron la plaza que se ha convertido en un espacio neutral, donde todo el mundo se siente parte del barrio. Pero ya el espacio estaba dejando de ser suficiente. Tocaba un lugar más grande.
“Danaury decidió hablar con la gente que controlaba el Infanzón. Les dijo ‘somos de la brigada PDT y queremos hacer una escuela aquí’. Yo me asusté. Imagínate“, explicó Cruz mientras se reía.

Pero le respondieron “¿eso es pa’ los nenes?, pues dale”. En dos semanas sacaron a los deambulantes que ocupaban el lugar y con la beca de $5,000 que le otorgaron al artista plástico, decidieron limpiar y remodelar el lugar.
El problema vino después. Cuando se dieron cuenta que el edificio tenía dueño. “A la alcaldesa (Carmen Yulín Cruz) le encantó la idea de que todo lo habían hecho los niños y se comprometió a ayudarnos con la situación“, explicó el artista que acompaña al grupo de niños.

Como si fuera poco, la brigada también quiere desarrollar un arbolario medicinal, donde puedan procesar los productos de la Plaza Vivero.

Estrenan parada de guaguas

La #BrigadaPDT también estrenó la parada de guaguas “El Almendro”, porque las paradas de autobuses que están en la zona no tienen un espacio para sentarse cómodamente porque –según el artista plástico– están diseñadas para que los deambulantes no se acuesten.

“Lo único que han provocado es que la gente se caiga”, explicó. Con eso en mente –y un poco de ayuda del taller de arquitectura Sin Encargo– lograron desarrollar la parada Los Almendros. Tiene sombra, tiene sillas y hasta un techo que almacena agua de lluvia para la Plaza Vivero.

La preocupación también surgió porque el año pasado hubo 18 accidentes en la zona. “Estábamos muy preocupados por eso”, explicó el artista plástico.

Uno de los vecinos del residencial San Antonio, Juan Hernández, explicó a EL VOCERO que la parada “está de show, porque allí (señalando a las otras paradas de guaguas) no se sienta nadie”.

EL VOCERO se comunicó con el Departamento de Transportación y Obras Públicas para obtener una respuesta sobre la situación de la comunidad, pero al cierre de esta edición, no obtuvo respuestas.