En la foto las hermanas de la Congregación de Notre Dame, Marcela Reitzel, Mercedes Rosado, Bernardina Fontanez, Rosemarie González y Leticia Ferresa./Foto, Efraín Jovan Santos,


Domingo, 4 de octubre de 2015 
Por  lleana Delgado Castro/El Nuevo Día

La construcción de la paz, educación de excelencia para todos, la formación de una sociedad justa y vivir de acuerdo a la doctrina social de la Iglesia son preocupaciones que la Congregación de Hermanas de Notre Dame ha tenido desde los inicios de su fundación, en 1833, en Alemania.


Es también parte del ministerio que ha guiado a las hermanas que llegaron a Puerto Rico en 1915 y que se ha mantenido hasta hoy, cuando celebran cien años de acompañamiento espiritual y educativo en las comunidades donde han servido y dejado huellas. De hecho, a una edad en que muchos ya disfrutan del retiro, varias de esas hermanas mantienen una importante labor social en la Isla. Un ejemplo es la hermana Ro-semarie, quien fundó el Hogar Buen Pastor en 1993, en Puerta de Tierra, muy cerca de donde comenzaron su labor sus antecesoras, junto a los Padres Redentoristas, cuando fundaron el Colegio San Agustín.

Según explica la religiosa, se trata de un hogar transitorio para adultos sin techo donde actualmente viven 77 personas a las que se les ayuda a recuperarse y rehabilitarse. "Aquí reciben educación y los preparamos para volver a la sociedad y que puedan rehacer sus vidas. Les damos comida, artículos personales, transportación para sus citas médicas, entre otros servicios", abunda la religiosa, tras resaltar que uno de los mayores problemas que confrontan es lograr emplearlos una vez están rehabilitados.


"Nosotras creemos mucho en la educación porque es lo único que te puede levantar a ti. Esa, precisamente, es la razón de ser de la Congregación de las Hermanas Educadoras de Notre Dame", subraya Rosemarie.
A esta congregación se le reconoce por haber aportado al entrenamiento de miles de educadoras, así como ayudar a gestionar lo que hoy se conoce como kindergarten, una tradición que comenzó en Alemania.
Ferresa.

Ese principio fue el que las llevó a fundar varios colegios desde que llegaron a Puerto Rico "donde siempre se ha dado una educación formal de excelencia", asegura la hermana Armand Mane, quien por varios años dirigió la Academia del Perpetuo Socorro, en Miramar, institución educativa fundada por la congregación en 1921.
"Ahora es una educación en el sentido más amplio de la palabra. Por ejemplo, lo que hace sister Rosemarie es educación pero va mucho más allá de la que se da en un colegio", explica la religiosa, aunque hace la aclaración de que del grupo de hermanas que hay en Puerto Rico, todavía quedan dos hermanas que trabajan en el Colegio Cristo Rey, en Ponce.


'Todas las demás ahora estamos trabajando con personas sin hogar, con problemas de drogadicción, pacientes de sida, mujeres maltratadas, entre otros. Es una educación en el sentido más amplio de la palabra, además de hacer trabajo parroquial", expone Armand, quien actualmente es la administradora de la Villa Notre Dame, en Gurabo, donde asiste a las religiosas de la congregación retiradas.

Un espacio que les permite a 11 hermanas pasar sus últimos años de vida en el país donde dedicaron su vida al servicio de la educación. Allí llegaron procedentes del Colegio San Agustín en Puerta de Tierra, el Colegio Católico Notre Dame, la Academia del Perpetuo Socorro en Miramar, el Colegio Santiago Apóstol en Fajardo y la Academia San Alfonso en Aguas Buenas, lugares donde sirvieron en labores educativas y administrativas.
"La educación significa capacitar a las personas para alcanzar la plenitud de su potencial como individuos creados a imagen y semejanza de Dios", agrega Armand.

Cien años de educación en la isla. Precisamente, como parte de las actividades por la efeméride, el próximo 24 de octubre tendrán una misa de Acción de Gracias en la Catedral de Caguas. Y luego, desde las 7:30 p. m. una cena y baile en el Centro de Bellas Artes, con el objetivo de recaudar fondos para la casa de retiro, así como para los servicios que se ofrecen en el Hogar Buen Pastor.


La hermana Armand cuenta entusiasmada que próximamente llegarán 12 hermanas que residen en Estados Unidos, así como
una de Honduras, quienes vienen a disfrutar de la actividad. Por eso, más allá de la celebración, también dejan claro el entusiasmo con el que mantienen su labor, los retos a los que se enfrentan a diario y las opciones que todos tenemos para lograr tener una mejor sociedad. "Nosotros seguimos en esa educación hacia la unidad a través de nuestros ministerios; ese siempre ha sido nuestro llamado. A veces se nos hace difícil porque siempre estamos viendo lo negativo. Pero necesitamos también algo positivo que nos anime", afirma la hermana Mercedes.
De forma parecida se expresa la hermana Bernardine, viceprovincial (que gobierna) la congregación a nivel de América de Latina y el Caribe, mientras menciona que la orden se rige y promueve el Shalom o paz para todos. 

"En toda la organización se promueve la paz a través de la educación, en actividades y con nuestro ministerio de la oración en cualquier lugar donde estemos trabajando, al igual que instruir a los que trabajan con nosotros a buscar el mismo propósito", agrega.


También destaca la importancia del acompañamiento espiritual "y ayudar al otro para que se ayude a sí mismo". Es, de hecho, parte del ministerio que todas llevan a cabo en diferentes partes del mundo.
Precisamente, Bernardine señala que la congregación actualmente tiene presencia en 33 países y destaca que hubo un momento en el que había unas 25,000 hermanas en todo el mundo. Después de 175 años de existencia de la congregación solo quedan 3,000. "Nosotros (la orden en Puerto Rico) pertenecemos a la provincia de América Latina y el Caribe", agrega Bernardine, mientras resalta la necesidad de que más mujeres jóvenes se interesen por este apostolado.

"Rezamos todos los días para que el Señor nos envíe vocaciones. Estamos aquí para orientar a todas las que se interesen", agrega la religiosa, tras indicar que la persona interesada puede comenzar en Puerto Rico, pero la formación religiosa se daría en Brasil, Paraguay y luego en Roma.

La hermana Rosemarie también recomienda que si alguna vez has sentido alguna vocación o has sentido el llamado de ayudar a los más necesitados, que no lo ignores. "Es importante que la persona que lo sienta, que
nos llame porque podemos ayudar; Dios llama y necesita manos y estamos disponibles para orientar". Por eso, Bernardine recomienda que "no dejes que el bullicio del mundo opaque ese llamado".

Esperanzas de una mejor sociedad. Ninguna de las religiosas está ajena a la situación social que se vive hoy día, tanto en Puerto Rico como en el mundo. Pero todas afirman que tienen esperanzas de que todo va a mejorar.
"Es un momento difícil pero tengo mucha esperanza de que esto es lo que necesitábamos para unirnos y buscar maneras de buscar soluciones juntos", indica Bernardine, al tiempo que recuerda cómo nos hemos unidos como pueblo cuando un huracán causa muchos problemas en la Isla. "Ahora, esto (lo que estamos viviendo) es un sunami, pero podría terminar siendo una bendición si nos unimos todos", afirma.

La mención de la reciente visita del Papa a Estados Unidos y de su mensaje tiene un efecto común en todas. Se les ilumina la mirada y la ilusión aflora en la cara de cada una de ellas. "Fue una experiencia que nos tocó grandemente a todas" dice la hermana Armand Mane. Mientras que Bernardine agrega que el Shalom que ellas practican va muy de acuerdo con lo que dice el Papa.

"Shalom viene siendo el resumen de la última encíclica Laúdalo sí (Alabado seas) del Papa. Cuando uno lee lo que es Shalom para nosotras, es prácticamente lo mismo que dice el Papa: Buscar la unidad a través de la paz", manifiesta la religiosa.

Por su parte, la hermana Mercedes afirma que es un mensaje que la reta "me da fuerzas, ánimo y motivación para seguir luchando por esa unidad que tanto se necesita en Puerto Rico".
De la misma forma, todas son conscientes del éxodo de muchos puertorriqueños ante la crisis económica y los problemas sociales. En ese sentido, Bernardine asegura que "me destruye el corazón" cuando escucha sobre la cantidad de personas que se van a diario. Pero asegura que los que se quedan son los que tienen el poder de cambiar lo que está pasando.

'Tenemos que hacer frente con mucha oración; creo que Dios hace milagros, pero nosotros tenemos que doblar rodillas y pedirle a Dios por nuestra patria", recomienda la religiosa.
La hermana Armand Marie también expresa su dolor por las circunstancias que hacen que muchas se vayan de la Isla, aunque aclara que no critica al que decida hacerlo.

"Yo siempre digo que jamás me iré de aquí. Este es mi país y tengo esperanza y fe de que esto va a mejorar. Creo que la Iglesia como institución también tiene una parte esencial en esto. Pero todos tenemos que ayudar",
subraya Armand, mientras enfatiza en otro asunto importante: exigirle a Estados Unidos la igualdad en el trato respecto a Medicare y Medicaid.


En ese sentido, la religiosa recomienda a que todos rememos para el mismo lado y tengamos fe de que todo va a mejorar porque "aquí tenemos el potencial para lograrlo porque los puertorriqueños somos personas muy creativas y emprendedoras".


En la entrevista con Por Dentro también estuvo presente la hermana Marcela, quien se autodenomina como canadiense-peruana, por la labor que hizo en Perú durante 37 años-, y la hondurena María Leticia, quienes según destaca Armand, son parte del equipo que mantienen vivo el "carisma y ministerio" de la congregación desde diversos ámbitos.


Se aceptan donaciones

LAS DIFICULTADES económicas que enfrenta el país también han afectado a las religiosas. Los gastos de mantener funcionando la casa de retiro son constantes y costosos: medicinas, seguro médico, empleados para la casa, alimentos y otros. Y para continuar cuidando a las que ya" están encamadas, asi como para seguir con su ministerio en las comunidades, necesitan de aportaciones económicas, así como de donaciones de productos y artículos para el hogar.

El ministerio de la casa de retiro es de oración, dice la hermana Armand Marie. Así que también se usa para retiros espirituales y las personas que quieran pueden llamar para reservarla.

De la misma forma se expresa la hermana Rosemarie, quien también necesita donaciones ara continuar con el apostolado que llevan a cabo en el Hogar Buen Pastor, en Puerto de Tierra, "Aceptamos donaciones, tanto de dinero como de ropa y enseres. Tenemos una tiendita, Joy, en el Centro Comercial San Patricio y otra en Puerta de Tierra. Allí se venden artículos de segunda mano que son donados", menciona la religiosa. Así que sí tienes ropa en buenas condiciones que ya no usas, se las puedes donar y de ahí ellas pueden generar un ingreso que las ayuda a mantener el hogar. También cuentan con una librería de libros usados que funciona de la misma forma.

Para el Hogar Buen Pastor puedes • llamar al (787)721-8579, ParaVilla Notre
o escribe