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San Jerónimo atrincherado

Sábado, 17 de Marzo de 2007 

Francisco Rodríguez-Burns / Primera Hora 


Los proyectos que se construyen alrededor del fortín San Jerónimo del Boquerón, uno de los baluartes más preciados de la historia imperial española en Puerto Rico, representan serios obstáculos para obras que evitarían su posible derrumbe. 

Según se consignó ayer a través de una vista senatorial, el Cuerpo de Ingenieros del Ejército de Estados Unidos, que realiza un estudio sobre la viabilidad de construir un rompeolas frente a la antigua batería militar, considera que el acceso a la estructura resulta “extremadamente limitado”. 

Realizar la obra por mar mediante barcazas que transportarían las enormes rocas para el rompeolas se hace sumamente difícil por la poca profundidad de la zona, así como los corales que podrían terminar destrozados. El estudio de viabilidad de la agencia federal debería estar listo para otoño.

“El Instituto de Cultura (Puertorriqueña) ha sido diligente en sus esfuerzos pero el informe del Cuerpo de Ingenieros es fundamental y ha tardado tres años”, indicó el director ejecutivo del ICP, José Luis Vega, a su salida de la vista donde depuso ante varios legisladores que forman parte de la Comisión de Asuntos Federales y del Consumidor, presidida por el senador estadista Orlando Parga.

La venta del hotel Caribe Hilton por parte del Gobierno a Hilton International preparó el terreno para la construcción de Paseo Caribe, un complejo residencial-turístico de sobre $270 millones. La administración de Sila Calderón le otorgó los endosos y permisos finales al desarrollador, Arturo Madero, que le compró a Hilton los terrenos para su obra. 

El contratista, cumpliendo con una condición exigida por las agencias reguladoras, construyó un paseo hacia el fortín, cuyo ancho excede dos carriles de una autopista, pero que aún representa retos por la maquinaria pesada de construcción que se tendría que transportar hacia la histórica estructura. 

En recientes reuniones separadas, la gerente senior de proyectos del Cuerpo de Ingenieros, Cynthia Pérez, les indicó a legisladores y jefes de agencias que se tendría que establecer un área para la maquinaria que se utilizaría para sus proyectos, aunque se desconoce si se puede proveer.

La servidumbre de paso tampoco ha sido garantizada ya que su titularidad fue transferida al contratista del proyecto por Hilton International. 

Actualmente, el ICP se encuentra en el proceso de redactar una escritura de servidumbre, mientras el Caribe Hilton y el desarrollador del proyecto redactan otro borrador para la agencia. 

Problemas de logística

Para la construcción del rompeolas, algunas versiones apuntan a que la agencia federal también podrá enfrentar serios problemas de logística, como carros estacionados en las aceras y la entrada de taxis a áreas cercanas. 

Por todas las dificultades que conlleva realizar la obra en un espacio limitado, el Gobierno de Puerto Rico también se vería en la obligación de costear parte del proyecto, cuyo costo podría sobrepasar los $5 millones. 

El paso de la maquinaria también podría destruir el paseo del desarrollador, que exhibe losas importadas de la Patagonia, lámparas decorativas y una jardinería estilizada. Como parte del costo del proyecto del fortín, otras fuentes apuntan a que se tendría que computar el costo de la reparación del camino. 

“Se le tiene que dar prioridad a la asignación de fondos para este proyecto”, sostuvo la senadora pipiola María de Lourdes Santiago.

Otro posible escollo para la obra que planifica el Cuerpo de Ingenieros es un puente peatonal propuesto por el desarrollador que conectaría el estacionamiento del Hilton con uno de los edificios de Paseo Caribe. 

La Administración de Reglamentos y Permisos (ARPE) evaluará la cancelación del permiso que otorgó para el puente, ya que no cumple con la altura requerida de 14 pies, según reveló durante la vista senatorial el subadministrador de la agencia, Ramón Ayala. En los planos de diseño, el puente está a una altura de 13 pies y 9 pulgadas.

Ayala indicó que el puente se aprobó tras haberse recibido una certificación de su ingeniero que aseguraba el cumplimiento. Tal y como establece la ley, ARPE tiene cinco días laborables para emitir el permiso de construcción si el mismo es acompañado por la firma del ingeniero proponente. 

“Es insostenible y escandaloso que ARPE apruebe un proyecto sin haberlo evaluado, especialmente en un momento cuando se intenta agilizar los permisos de construcción”, sostuvo Santiago.

Por su parte, el senador popular Juan Eugenio Hernández Mayoral levantó interrogantes sobre por qué el ICP desconocía del permiso otorgado al puente peatonal, el cual el director de ARPE, Luis Vélez Roche, rechazó haber aprobado meses después de que fuese endosado por un técnico de la agencia.

“La agencia tiene que detener la obra del puente”, demandó Parga. 

Para la construcción del rompeolas, el Cuerpo de Ingenieros requiere de una autorización del Gobierno de Puerto Rico para acceder a la estructura por tierra, aunque aún se desconoce si el acceso estará garantizado.

“Hasta que no se obtenga la titularidad de la servidumbre hacia el fortín, no pondrán ni un centavo”, advirtió Parga.