El Falansterio. Ave. Fernández Juncos Parada 7

El Falansterio

 

El Falansterio fue el primer proyecto de vivienda pública en Puerto Rico. La extensión de los programas federales del Nuevo Trato a Puerto Rico, al igual que ocurrió en Estados Unidos, no resolvieron la crisis de la Depresión. Sin embargo, representaron alivios temporeros. En agosto de 1933 se extendió a la isla la "Puerto Rico Emergency Relief Administration"(PRERA), con fondos federales de la "Federal Emergency Relief Act", conocida como la FERA. Sus medidas de emergencia consistían en repartir alimentos y promover la construcción de infraestructura para crear empleos y estimular la economía. Con la creación de la "Puerto Rico Reconstruction Administration" en 1935, la PRRA, se crearon programas de salud, de electrificación, de construcción y eliminación de arrabales, entre otros.

Bajo el Nuevo Trato, se construyeron tres proyectos urbanos de vivienda pública. Estos fueron el Caserío Mirapalmeras, El Falansterio y la Urbanización Eleanor Roosevelt. El primero de los proyectos comenzó el 7 de noviembre de 1935. En Puerta de Tierra se construiría una casa de vecindad entre las calles Matías Ledesma, San Juan Bautista, la avenida Fernández Juncos y la vía del tren (hoy el carril exclusivo de la Autoridad Metropolitana de Autobuses); catalogada como Tenement Group Proyect A, hoy conocida como El Falansterio.  La inauguración del Falansterio tuvo lugar el 7 de noviembre de 1937 a un costo de $580,000.00 en 110,708 metros cuadrados y 216 apartamentos. La obra de cimentación costó alredor de $130,000.00, pues hubo necesidad de hincar en el solar unos 1,500 pilotes de concreto debido a la naturaleza del terreno, que radica en un predio constituido antes por manglares. El propósito de su construcción fue trasladar familias de los arrabales del sector Miranda en Puerta de Tierra y la Perla en San Juan. Antes de ceder un apartamento en arrendamiento el solicitante y todos los miembros de su familia que fueran a residir en la pieza eran sometidos a un riguroso examen médico y también se investigaba su capacidad para satisfacer el pago de la renta. Se acordó como regla provisional el seleccionar aquellos casos en que las familias no pasaran de siete miembros. Posteriormente solo los de Miranda cualificaron y conforme a la Ley #201; en 1948 sus habitantes se integraron en una cooperativa que le permitió el financiamiento para la adquisición de sus viviendas. La realidad es que los alquileres tanto de la urbanización Eleanor Roosevelt como de El Falansterio, de $2.00 a $4.00 semanales en El Falansterio y de $6.50 a $11.00 mensuales en Roosevelt, sobrepasaban lo que podía pagar el obrero más necesitado, que ganaba para aquel entonces aproximadamente $200 anuales. De este modo se sobreentiende que los inquilinos de dichos complejos residenciales se encontraban en los renglones más altos dentro del conjunto de familias de bajos ingresos en San Juan.

En 1952 los residentes de los apartamentos organizaron la Cooperativa de Vivienda El Falansterio, con el propósito de comprarle el proyecto al Gobierno Federal y vender los apartamentos a sus residentes, convirtiéndose de esta forma en la primera cooperativa de vivienda en Puerto Rico y el primer proyecto piloto de esta índole en la Isla. Según Alameda y Rivera Galindo (2005, p.19) uno de los mayores aciertos del gobierno de Puerto Rico fue insertar al movimiento cooperativo en la lucha por mejorar las condiciones de vivienda en Puerto Rico. Esto se hizo con la creación, por medio de la Ley # 4 de 1957, de la Administración de Fomento Cooperativo. Dicha entidad tenía como objetivo promover la organización de cooperativas para la adquisición de hogares. En 1972 la deuda fue finalmente saldada y la cooperativa adquirió los derechos de propiedad. En el 1975 los miembros de la cooperativa determinaron disolverla, y declararon la propiedad como condominio para cumplimentar el Acta de Propiedad Horizontal 104. Una Junta de Directores fue electa por sus miembros y registrada en el Departamento de Estado. La escritura de la propiedad matriz se dividió luego en títulos individuales y estos a su vez trasferidos a los residentes.

El complejo de vivienda, diseñado por el arquitecto Jorge Ramírez de Arellano para la División de Erradicación de Arrabales de la Puerto Rico Reconstruction Administration (PRRA) y construido por Robert Prann, tenía que acomodar la mayor cantidad de vivienda posible en el lote seleccionado. A la misma vez, debía proveer unidades de vivienda cómodas y seguras a un costo de construcción moderado. El conjunto de edificios en Puerta de Tierra posee un agudo sentido de identidad, que ha perdurado a través del tiempo.  Los edificios fueron diseñados en el estilo Art Deco. El diseño sigue los conceptos y detalles tradicionales del estilo Art Deco en Puerto Rico. Las largas fachadas están articuladas por seis entradas con escalones de acceso, paredes curvas y líneas verticales. Cada vestíbulo está acentuado por dos balcones curvos que se proyectan sobre la entrada.
 


Construcción de El Falansterio. 1937

El Falansterio es un complejo de viviendas para 216 familias, que se acomodan en 18 edificios de tres pisos. Las estructuras se agrupan juntas formando un cuadrángulo alrededor de un patio central. Cada apartamento consta con dos áreas básicas. El área semi-pública aloja la cocina y la sala-comedor. El área privada tiene dos dormitorios y el baño. Todos los apartamentos son exactamente iguales. Esto hace del Falansterio un complejo carente de diversificación y de limitada flexibilidad de ocupación. 

Su sistema estructural es el hormigón armado. La superficie de las paredes exteriores sin empañetado ni pintura, tal y como quedaron luego de remover los moldes. Las ventanas originales eran de madera de doble hoja con celosías ajustables y cristal fijo.  Las mismas fueron sustituidas por persianas de aluminio (ventanas tipo “Miami”)La pintura original para las paredes interiores de los apartamentos era de base de aceite y color crema claro. Los pisos están terminados con losa isleña en colores y patrones variados. Los huecos de patrones ornamentales rectangulares y cuadrados utilizados para la ventilación de los apartamentos, fueron sellados para asegurar la privacidad en las unidades. Se estableció un patio interior central en cada unidad multifamiliar. Como solución de diseño, el patio provee la iluminación y ventilación que faltaba en el arrabal.

El edificio resulta ser el módulo urbano que establece el esquema general del complejo. Los edificios se han organizado periferal y simétricamente dentro del lote, acoplándose para formar hileras. El elemento que se utiliza como eslabón entre los edificios corresponde a la espina de circulación que contiene la escalera y el corredor. En el primer piso estos espacios fungen, además, como entradas a los edificios. En los pisos segundo y tercero, terminan con balcones compartidos por dos de los apartamentos. Esto representa un punto negativo del esquema, que no tomó en cuenta la importancia que tenía el balcón dentro de la realidad arquitectónica y social de la familia puertorriqueña. Aún así eran los balcones los que mantenían el contacto con el exterior.

Hacia las calles San Juan Bautista y Matías Ledesma se acomodaron 3 edificios. Aunque independientes, por la forma en que han sido dispuestos dentro de la composición, impiden la vista hacia el interior del complejo, lo que enfatiza el carácter introvertido del esquema. En el centro se construyó un edificio de dos plantas que originalmente se planificó como nursery y kindergarden para el cuido de los hijos de los residentes. Posteriormente se decidió alojar en este edificio el centro comunal, que incluiría, junto con el nursery, oficinas administrativas, una sala de lectura y un pequeño dispensario. Los espacios públicos entre edificios se utilizarían como áreas de recreo, las cuales originalmente contaban con paseos entre áreas sembradas. En las azoteas se instalaron las piletas para lavar ropa y los correspondientes tendederos. El interior del complejo solo sería accesible a pie, pues se utilizaría exclusivamente como espacio de recreación.

El nombre El Falansterio surgió de las críticas que desde el comienzo se le hicieron al diseño del proyecto. Se le comparó al sistema comunitario ideado por Charles Fourier, arquetípico representante del socialismo utópico francés. Su experiencia de viajante de comercio le llevó a desarrollar una preocupación teórica por la organización social (Teoría de los cuatro movimientos, 1808) que hace girar en torno a la idea del falansterio, institución cooperativa en la que sus componentes podrían alternar trabajos según sus gustos, a la vez que se preveía un sistema equilibrado de reparto de beneficios. Mas tarde, la sección de informes de la PRRA comenzó a utilizar el término falansterio en los rotativos del país y en sus informes para referirse al proyecto de vivienda pública en Puerta de Tierra, lo que puede interpretarse como una campaña para adjudicarle al nombre una connotación positiva y contrarrestar las críticas de los opositores.

El Falansterio de Puerta de Tierra ha sido exitoso en su distribución espacial.  El arreglo simétrico creó un sentido de seguridad y pertenencia a sus dueños.  Su diseño, armonioso y homogéneo, la simpleza en el diseño de su planta y estructura, la relación de cada edificio con el otro, sus patios controlados y espacios abiertos lograron lo que ningún otro residencial público ha hecho: llenar de orgullo a sus residentes.  La simplicidad de sus fachadas, el uso de materiales nuevos y la distribución planificada de sus espacios hacen del Falansterio el mejor ejemplo de vivienda pública en todo Puerto Rico. El Falansterio, único en el mundo entero,  fue inscrito en el Registro Nacional de Lugares Históricos de los Estados Unidos el 3 de mayo de 1984.
 

Fuentes:
- NPGallery Digital Asset Management System 
https://npgallery.nps.gov/AssetDetail/NRIS/84003166
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https://npgallery.nps.gov/AssetDetail/NRIS/84003166
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Luz Marie Rodríguez López, ¡Atajar el arrabal! Ensayo 3
- Vivoni Farage,San Juan Siempre Nuevo   Arquitectura y Modernización en el siglo XX.
- Álbum de Oro de Puerto Rico, La Habana, Artes Gráficas,  1939.
- Oficina Estatal de Conservación Histórica (OECH).
- Fotos 1939 cortesía de Isabelo Rivera Sayáns.
- Documentos arrendamiento, cortesía de Luis Manuel (Chamuel) Gallardo.
- Carta Circular, cortesía de Kathleen del Valle, administradora del Condominio El Falansterio.
- Artículos periódico El Mundo., editor, 2000